En la sociedad moderna de hoy en día, los árboles de copaiba son más conocidos por sus aplicaciones para biodiésel y aceite esencial. Sin embargo, los árboles de copaiba son un recuso natural que ha estado al alcance de la humanidad a lo largo de la historia y se ha utilizado de diversas maneras. La resina o copal que proviene de la copaiba ha sido muy valorada por las culturas de Mesoamérica y Sudamérica durante siglos. Cuando los europeos llegaron a América, la resina adquirió la misma importancia en la sociedad europea. De medicina e incienso a laca y barniz, la historia de la resina de copaiba te asombrará.
¿Qué es la copaiba?
Se llama copaiba a ciertos tipos de árboles que crecen en Sudamérica y también a la resina que se obtiene de ellos. Estos árboles del género Copaifera son un tipo de plantas de la familia de las leguminosas que crecen en regiones tropicales del mundo como Sudamérica o África (2). Son árboles perennes que suelen crecer entre dos y seis metros y tienen flores que producen fruto durante los meses de primavera y verano (3). Originarios de diferentes áreas en África, así como en la región norte de Sudamérica, se pueden encontrar comúnmente en países como Brasil, Venezuela y Guyana. El tipo de árbol más usado de Sudamérica tiene el nombre científico Copaifera officinalis pero hay cuarenta y siete tipos diferentes de árboles copaifera (2). Veintiocho de estos tipos son nativos del continente americano pero los árboles copaifera se pueden encontrar por todo el mundo en países como Sierra Leona, India, Sri Lanka, República Dominicana y todo el Caribe (2).
Una de las cosas que distinguen al árbol copaiba de otros árboles es que su forma única le permite almacenar una cantidad inmensa de resina. Los canales y las cavidades de la copaiba tienen la capacidad de expandirse hasta el punto de poder contener litros de resina (3). La resina de la copaiba se extrae del tronco del árbol. Esta resina es uno de los principales componentes del biodiésel moderno y cuando se destila al vapor se transforma en aceite de copaiba (2). Químicamente la resina de copaiba está compuesta de hidrocarburos sesquiterpénicos, b-cariofileno, a-bergamoteno, a-copaeno y b-bisaboleno (1). Esta composición no solo hace que sea extremadamente buena para los motores diésel, es también muy atractiva como aceite esencial con su fragancia (1).
Copaiba en el tiempo
Cuando los europeos llegaron por primera vez al continente americano las tribus nativas ya eran muy conscientes de las resinas como la de la copaiba y sus beneficios. Como la resina de copaiba no se menciona específicamente hasta después de la llegada de los europeos no se conoce la fecha en la que se descubrió originalmente. Sin embargo, el copal se menciona en las historias de la creación de los mayas, indicando que resinas como la de copaiba habían sido descubiertas por los habitantes de Latinoamérica mucho antes de la llegada de los europeos. Los arqueólogos no tienen fechas precisas para estas historias de la creación ya que las originales escritas por los mayas fueron destruidas por los españoles durante la conquista. Sin embargo, la historia sobre la creación más antigua conocida data del 300 a. C. (10), lo que podría indicar que estas resinas fueron descubiertas hace más de 2.500 años. La resina de copaiba se menciona por primera vez en 1534 en un informe enviado al papa León X, pero el árbol copaiba no se menciona hasta 1684 (3). Para 1667, la copaiba ya estaba incluida en la London Pharmacopeia, una publicación oficial que contenía una lista de drogas medicinales con sus efectos e instrucciones de uso. Esto indica que ya había sido llevada a Europa para entonces (3).
El nombre copaiba deriva del tupí "cupa-yba" que se traduce más o menos como "árbol depósito" (3). Este término se refiere tanto al árbol como a la resina que se almacena dentro del árbol. A menudo, al aceite de copaiba se le llama aceite de copal. Similar a copaiba, la palabra copal tiene su origen en la lengua de las tribus nativas de Latinoamérica. Sin embargo, copal viene de la palabra nahuátl "copalli" que significa "resina" o "incienso" (2).
Usos medicinales de copaiba
En la cuenca del Amazonas, las tribus locales ingerían resina de copaiba para tratar problemas respiratorios, infecciones del tracto urinario y una plétora de otras enfermedades. Los nativos también usaban copaiba para problemas externos como curar heridas o tratar problemas de la piel (5). Así mismo, hay registros que indican que la copaiba poseía propiedades antiinflamatorias (3). En un informe en particular, un misionario español describe como fue testigo de la capacidad de la resina de copaiba para ayudar a cerrar heridas graves y afirmaba que la copaiba se podía usar para cualquier cosa excepto heridas de bala (6).
Debido a que no hay registros escritos de la copaiba antes de la llegada de los europeos, es posible que la resina y el aceite de copaiba también se hubieran utilizado para otras cosas. Los registros de cómo la resina fue utilizada por otras sociedades en la antigua América del Sur y Mesoamérica pueden ayudar a arrojar algo de luz sobre ello.
Se tiene constancia del uso del aceite, destilado al vapor de la resina, para aliviar los dolores musculares (9). Las culturas mesoamericanas y sudamericanas también quemaban la resina y usaban el humo como tratamiento para dolores de cabeza, congestión u otros problemas que pudieran surgir de la exposición prolongada al frío (9). Y algunas culturas mesoamericanas hacían té con la resina para tratar bronquitis, tos y reumatismo (9).
En las farmacias europeas y americanas de los siglos XIX y XX, la copaiba se usaba para tratar problemas de la piel como gonorrea crónica, eczemas, herpes y psoriasis. Asimismo, el aceite de copaiba se vendía para tratar el asma, el dolor de garganta, la bronquitis, úlceras y problemas del tracto genito-urinario (3). Las farmacias de la época también lo vendían con otros propósitos diversos, como afrodisíaco y anticonceptivo, así como diurético, laxante, purgante e incluso como remedio para mordeduras de serpientes (3). Aunque es incierto que el aceite de copaiba haya curado todas estas dolencias, este aceite esencial era bien conocido entre los farmacéuticos y pensaban que tenía la capacidad de ayudar con el reumatismo y problemas respiratorios, así como de aliviar el dolor. También creían que podía rejuvenecer y mejorar la salud de la piel (5).
Copaiba y belleza
Además de su uso en medicina, los europeos y americanos añadían aceite de copaiba a los cosméticos. A menudo era un ingrediente de jabones, champús y perfumes para aromatizar estos productos (3). Y el aceite no solo hacía que olieran mejor, también tenía varios beneficios para la piel y el cabello (2). Como resultado, los cosméticos con aceite de copaiba eran artículos de lujo y a menudo solo la élite del mundo occidental se los podía permitir (5).
Los aztecas también usaban copal para sus collares, tanto como colgantes como adhesivo para que no se deshicieran (4). También usaban la resina para pegar piedras preciosas y otos adornos a sus máscaras ornamentales (7). Incluso la usaban para decorar sus dientes pegando piedras preciosas a ellos. Como las resinas era tan valoradas en Mesoamérica, solo los miembros de la élite más exclusiva de estas sociedades tenían acceso a ellas (4). Por ello, incorporarlas a sus productos de belleza era una manera de mostrar visiblemente su riqueza y estatus.
Lo mismo que pasa con los usos medicinales, es difícil saber cuando se empezó a usar copaiba en el cuidado personal. No hay ningún registro hasta la llegada de los europeos. Sin embargo sí que hay menciones de cómo la resina se usaba en productos de belleza en Sudamérica y Mesoamérica. De acuerdo con informes españoles, los aztecas usaban copal en su maquillaje (4). Los arqueólogos especulan con que los aztecas hacían uso de las propiedades adhesivas de la resina para ayudar a unir los materiales que usaban en su maquillaje y así asegurarse de que el pigmento permaneciera cuando se aplicaba (4).
Copaiba en el comercio
Las resinas como la de copaiba eran artículos muy valiosos en el comercio. Debido a su alto precio, gran parte de las economías mesoamericanas consistían en el comercio de copal. Ciudades y regiones cultivadas alentaban el cultivo de copaiba y aquellas que tenían árboles de copaiba nativos en su área tenían una gran ventaja económica (4). El copal podía intercambiarse por comida, joyas, piedras preciosas y otros materiales valiosos como las plumas de quetzal (4). Tras la llegada de los colonos europeos a América, las resinas se incorporaron a la economía europea contribuyendo a las industrias farmacéutica y de carpintería (5).
Copaiba en la cultura y la religión
Además de ser importante para tratar dolencias físicas, la resina y el aceite de copaiba también tenían un valor cultural significativo en diversas sociedades. En muchas tribus sudamericanas, la copaiba era reverenciada tanto por sus beneficios físicos como por los espirituales y existía un completo sistema de reglas espirituales que los hombres debían seguir cuando recolectaban la resina (3). Para tener una buena cosecha de copaiba se creía que un hombre tenía que convertirse en alquien merecedor manteniéndose puro antes de la recolección. Esto significaba que debía abstenerse de mantener relaciones sexuales con su mujer días antes de empezar la cosecha y hasta que esta finalizara (3). La persona que recolectaba la resina debía hacerlo con luna llena y tenía que hacer el corte en el lado del tronco que miraba hacia la salida del sol (3). Esto era indicativo de que la importancia cultural que tenía la copaiba estaba también ligada a las creencias astronómicas de las tribus sudamericanas. Sin embargo, nadie fuera de estas tribus sabe a ciencia cierta el por qué de estas normas. ¿El sol y la luna le daban poder a la resina de copaiba mientras se cosechaba? ¿O le daban energía al cosechador mientras perforaba para obtener la resina? En Panamá la copaiba también tenía una gran importancia cultural y era considerado un elemento poderoso. La gente de la zona de Yaviza a menudo mezclaba la resina con miel y se la daba a los recién nacidos. Esto se hacía para impartir conocimientos esenciales al niño y evitar maleficios que pudieran dañarlo (2).
Ente los mayas, la resina se utilizaba con propósitos rituales diversos. Solían quemarla como incienso para la limpieza espiritual (6). Los mayas y los aztecas también ofrecían copal a sus dioses ya que era un objeto de gran valor (6). Los arqueólogos han encontrados trozos de copal y figurillas con resina en su centro en los templos(7). Los mayas valoraban tanto la resina que incluso cubrían la base de sus dagas ceremoniales con ella (4).
Las resinas también eran muy valiosas para las culturas mesoamericanas y sudamericanas porque creían que eran extremadamente poderosas y podían otorgar diferentes habilidades. También se usaban en ceremonias destinadas a ayudar a limpiar el cuerpo de impurezas y en ceremonias para ayudar a guiar a las personas hacia su propósito en la vida (4). Junto con estas creencias físicas y espirituales, varias sociedades mesoamericanas creían que el copal podía conferir el don de las premoniciones y trataban de ver el futuro mirando a través de aceite de copaiba o de objetos hechos con resina solidificada (9). Otras veces quemaban copal e inhalaban el humo para inducir visiones del futuro. Algunas tribus incluso usaban este humo para ayudar a diagnosticar enfermedades (9). De acuerdo con los registros históricos, los curanderos de algunas tribus leían el humo del copal para saber lo que aquejaba a sus pacientes (9).
En el ámbito religioso, se dice que la resina de copaiba se usaba en las culturas mesoamericanas para conectar con deidades asociadas con el maíz (4). Como el maíz era la fuente principal de alimento para estas antiguas sociedades, era de gran importancia para ellos tanto en un nivel práctico como espiritual. Por asociación, el copal también era de gran importancia (4). La relación entre el sol, la luna y la resina de copaiba se insinúa en registros religiosos sudamericanos y también está reflejado en las creencias de los mesoamericanos. El Popol Vul maya dice que el sol, la luna y las estrellas llevaron el copal a la tierra cuando nacieron y es posible que la asociación cultural con la astronomía haya sido una creencia muy extendida en la antigua América Latina (4). Espiritualmente, muchas culturas mesoamericanas creían que el copal tenía poderosas propiedades protectoras y se podía usar para protegerse de la hechicería, las enfermedades o la desgracia. Además, los mayas creían que el copal se podía utilizar para combatir el miedo, la tristeza, la envidia y la pena (9).
Es interesante que la práctica de usar resinas como la de copaiba en ceremonias religiosas no desapareciera con la llegada de los españoles. En vez de eso, se incorporaron a las prácticas religiosas en Latinoamérica (9). En México, Guatemala, Brasil, Venezuela y muchos otros países se utiliza copal en los quemadores de incienso de las iglesias católicas durante todo el año (7). Los curas utilizan incienso de resinas para bendecir a los parroquianos y absolverlos de sus pecados (7). El hecho de que las prácticas con copal pudieran sobrevivir tras el increíble cambio ideológico refleja lo importante que eran las resinas para las culturas de Mesoamérica y Sudamérica (3).
Otros usos de las resinas de copaiba
Además de los propósitos médicos y culturales, las tribus nativas de Sudamérica usaban los árboles de copaiba con propósitos prácticos. En particular las tribus del Amazonas usaban a menudo aceite de copaiba como repelente de insectos. Como es seguro para la piel, los nativos se lo aplicaban directamente en la piel, la ropa y otros artículos que querían proteger de los insectos. También se usaba para arreglar muebles, cerámica o cestas rotas (8). Cuando arreglaban muebles usaban las propiedades adhesivas de la resina para pegar las piezas juntas y cuando arreglaban cerámica o cestas la resina se usaba como sellador para cerrar cualquier grieta o rotura (8). Junto con estos usos, algunos registros indican que ciertas tribus hacían sandalias con la corteza de los árboles. De acuerdo con ellos, estas sandalias eran especialmente resistentes al barro y tremendamente prácticas para viajeros o corredores (9).
En Mesoamérica, las resinas se usaban a menudo para hacer pintura porque actuaban como aglutinante con el pigmento. En el siglo XIX, los europeos también usaban la resina de copaiba por sus propiedades adhesivas. Igualmente usaban aceite de copaiba para fabricar papel cebolla, lacas, barnices y pinturas (5). Algunos artistas incluso añadían aceite de copaiba a las pinturas para que fueran más oscuras y aglutinar los pigmentos (5). Los europeos encontraban el aceite de copaiba particularmente útil para hacer barniz ya que realzaba el aspecto natural de la madera (5). A finales del siglo XIX el aceite de copaiba tenía un papel significativo en la industria maderera europea (5).
Usos de copaiba en Young Living
El aceite de copaiba tiene un perfil aromático dulce único que ayuda a crear una atmósfera relajante cuando se aplica de manera tópica o se usa en aromaterapia. Copaiba es una gran incorporación a tu rutina diaria y para el cuidado de la piel. Si lo añades a un hidratante neutro puedes usar su fragancia y sus propiedades hidratantes. También se puede aplicar para disfrutar de unos momentos de calma reconfortante tras una actividad. Consigue tu frasco de este antiguo remedio natural hoy mismo.
Compra Copaiba- Karl-Georg Fahlbusch; et al. 2007. "Flavors and Fragrances". Ullmann's Encyclopedia of Industrial Chemistry.
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